LOS JUEGOS
Estamos en un terreno despejado e irregular, en una llanura
de hierba alta exactamente. Según puedo deducir estamos elevados haciendo
referencia a nuestro alrededor ya que podemos ver todo perfectamente.
Detrás de los tributos que tengo frente a mí solo veo una explanada
todavía más grande de hierba alta con manchas azules que supongo que serán
lagos. A mi izquierda hay un enorme rio rodeado por pequeños árboles. A mi
derecha tengo otra explanada mucho menor en la que hay una enorme manada de lo
que parecen búfalos. Detrás de mí solo tengo un acantilado.
Miro con detenimiento a mí alrededor. A mi izquierda tengo
al tributo masculino del distrito dos y a mi derecha a la chica del ocho. El
del dos es profesional así que tendré que tener cuidado con él.
En mi distrito no hay explanadas, son todo fábricas,
carreteras y vías de tren así que no me las apañaré muy bien en la arena. No sé
qué peligros me pueden aguardar en la hierba ya que puede esconder cualquier
tipo de animal venenoso, pero me tendré que aguantar.
James, el tributo del 2 seguro que va a la cornucopia y la
chica que no sé cómo se llama tiene pinta de querer escapar de allí ya que se
ha girado y en vez de estar mirando a la cornucopia mira al rio. Quedan solo
diez segundos y yo todavía no he conseguido idear una estrategia decente.
Si corro a la cornucopia moriré sí o sí y si me alejo no
sobreviviré ni un día en esta arena así que me tengo que acercar aunque sea un
poco para conseguir algo. Miro con admiración la mochila que tengo a quince
metros delante de mí. Si contiene comida puede que aguante.
Tres segundos, me dispongo a salir corriendo hacia la
mochila. Dos segundos, uno… Suena el gong y corro lo más rápido que puedo hacia
delante sin preocuparme por nada más. Es entonces cuando el tributo del dos me
agarra de una de las coletas y me tira hacia atrás.
-
-¿Qué tal? –me dice con una sonrisa malvada.
-
-¡Déjame! –le grito e intento huir corriendo,
pero me agarra otra vez de la coleta y esta vez me eleva.
El chico sin hacer caso a mis gritos me eleva un poco más y
me tira contra una de las plataformas. Me da tiempo a mirar un poco a mí
alrededor: la mayoría de tributos han salido huyendo y unas siete personas
luchan entre ellas en la cornucopia.
-
-No por favor –le suplico cuando se abalanza
contra mí.
Me pega un puñetazo en la mandíbula y yo le araño la cara
como puedo. Sin hacer caso a mis intentos por eludirme de él me pega una patada
en el abdomen y me acurruco en el suelo.
-
-Por favor… -susurro.
-Ahora no me vengas con lloriqueos niñata –me
vuelve a coger de la coleta y sin poder aguantarlo le pego con el talón el sus
parte íntimas.
Sorprendido me suelta durante un instante y yo aprovecho
para salir corriendo hacia la explanada con los búfalos. El chico maldice y me
sigue corriendo, tropiezo con un cadáver y caigo al suelo.
-
-¿Quieres matarla de una vez? – le grita el chico
del cuatro que tiene bajo sus pies a la chica del doce.
-
-Ayúdame por favor. –me pide antes de que le den
en la cara con una maza y se le llene la cara de sangre.
- -
¡Chole atrápala! –le grita James y la chica que
sin dudarlo se gira y se tira encima mía.
Caemos al suelo y rodamos durante un breve instante, cuando
paramos de rodar yo quedo arriba y le pego un puñetazo con todas mis fuerzas en
la nariz. Suena un “crack” y le empieza a salir sangre de ella.
-
-Maldita niñata. – dice sujetándose la nariz con
una de las dos manos e intentando parar la hemorragia.
Sin dudarlo ni un solo momento aprovecho la empujo hacia
atrás. Cae contra una plataforma y se le cae la maza.
-
-¡¡Jameees!! –grita al ver como la cojo y antes
de que pueda hablar más le pego con todas mis fuerzas en la tripa.
Horrorizada veo como le empieza a salir sangre de los
agujeros y antes de que pueda arrepentirme suena un sonoro cañonazo,
seguramente a su nombre.
De repente noto un fuerte dolor en el brazo y me lo miro,
tengo un cuchillo clavado en él. Me giro gusto a tiempo para ver como James me
lanza otro que esquivo a duras penas. Salgo corriendo pero ya es demasiado
tarde.
Me coge de la camiseta y me lanza contra la plataforma y me
golpeo la cabeza. Noto como la sangre sale a borbotones del agujero. Suena un
cañonazo que anuncia mi muerte.
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